El milano de los mares


    En 1855 el sevillano Alejandro Benisia publicó la primera novela de piratas que se escribió en España: El milano de los mares. La obra se basaba en un hecho real: la siniestra peripecia del pirata pontevedrés Benito Soto Aboal y del resto de los amotinados del bergantín Defensor de Pedro.

Nacido en 1805 en el arrabal mariñeiro pontevedrés de A Moureira, Benito Soto Aboal había ido dando tumbos de puerto en puerto y de barco en barco hasta acabar de segundo contramaestre en un navío brasileño de la trata de esclavos. En 1828, durante una de las travesías a la costa africana y aprovechando una ausencia del capitán, el gallego encabezó un motín y logró apoderarse del barco. A partir de ese momento, Soto y sus secuaces protagonizaron una serie de asaltos y carnicerías en alta mar a medida que iban encontrando otras embarcaciones en su camino. La orgía pirática del Defensor de Pedro terminó cuando el bergantín embarrancó en las proximidades de Cádiz. La tripulación fue apresada y tras un proceso que suscitó gran interés, diez de los piratas fueron condenados a muerte. También Soto Aboal, que había conseguido huir a Gibraltar, fue al cabo capturado y procesado por las autoridades británicas. Murió ahorcado en el Peñón el 25 de enero de 1830.

Escrita una generación después del ajusticiamiento de los piratas, El milano de los mares mezcla datos provenientes del proceso judicial que se siguió contra los tripulantes del Defensor de Pedro con otra serie de lances inventados que amplían y enriquecen la trama según los esquemas del folletín decimonónico. Como conviene a cualquier aventura marinera que se precie, la narración arranca en un tugurio portuario: el Hostal da Gloria, en los muelles de Río de Janeiro. Los protagonistas de la historia son Soto Aboal y el que fuera uno de sus principales lugartenientes, el francés Saint Cyr de Barbazán. A ambos les dota el autor de una coartada novelesca para justificar, en la medida de lo posible, sus crímenes posteriores. Soto busca vengar a su hermano Ambrosio, colgado y decapitado por los ingleses; Barbazán desea tomarse la revancha de otro inglés, el banquero George Smith, a la vez tío y marido de la mujer de la que está enamorado, Amelia. Al libro no le faltan los ingredientes de una clásica novela de aventuras: hay peleas, motines, combates, juramentos de amistad, pasiones amorosas, venganzas, muertes aparentes y resurrecciones impensadas, despedidas melodramáticas y providenciales reencuentros. Todo ello aliñado con una prosa pulcra y bastante ágil que sólo de modo esporádico echa mano de florituras retóricas.

En definitiva, esta primera recreación novelesca de la trayectoria de Soto Aboal está resuelta con notable dignidad literaria. Curiosamente, su barco conserva en la novela el nombre original de Defensor de Pedro, aunque el autor se refiera figuradamente a él en alguna ocasión con la denominación que da título a la obra. No aparece aquí, pues, el nombre de Burla Negra con el que supuestamente habrían rebautizado los piratas a su barco tras el motín y que mencionan relatos posteriores (La Burla Negra es precisamente el título de otra novela sobre el pirata pontevedrés, la que publicó José María Castroviejo en 1955).

A pesar de que hoy haya sido completamente olvidada, El milano de los mares debió gozar de gran aceptación en su tiempo. En 1868 una obra teatral basada en la novela y firmada por Luis Mejías y Escassy se estrenó en el Teatro de Novedades de Madrid. En 1870 el diario madrileño La Correspondencia de España obsequiaba a sus suscriptores con un ejemplar de la novela de Benisia encuadernada en dos tomos en cuarto con láminas, no dudando en apodar a su autor “el Fenimore Cooper español”. Pocos años después, el poeta pontevedrés Andrés Muruais incluyó un poema inspirado en la novela de Benisia y titulado como ella en su antología Cantos inarmónicos:

Bebamos, gocemos, y en sangre teñidos

Cien cráneos rompamos, no hayamos piedad;

Mil muertos hollemos sobre ellos dormidos,

Y audaz nos despierte rugiente huracán [...]

Desde que El milano de los mares salió de la imprenta hace más de un siglo y medio, la lista de libros que dan noticia de la turbia aventura de Benito Soto Aboal ha ido engrosándose poco a poco. Hay de todo: obras generales sobre la piratería, monografías, novelas...¡hasta un libro infantil!. El último, hasta donde sé, es un ensayo en lengua inglesa publicado en 2020: Hunting the last great pirate: Benito de Soto and the Rape of the Morning Star (Michael E.A. Ford, Pen&Sword Books)

Cuentan del pirata pontevedrés que cuando le pusieron la soga al cuello dio una gran risotada y exclamó: “¡La función ha terminado!”. Pero a juzgar por el incesante caudal de publicaciones sobre sus sórdidas correrías, no parece que el telón —un telón negro con calavera y dos tibias cruzadas, como conviene al protagonista— esté próximo a caer.



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