Los juglares de Camelot

 

    Los que somos aficionados a las cosas de la Tabla Redonda sabemos que desde los días sombríos que siguieron a la batalla de Camlann el rey Arturo vaga por el mundo en figura de cuervo, como también recordaba don Quijote:

«...el rey Artús de Inglaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo, y le esperan en su reino por momentos» (Quijote, I, 49).

Como yo no distingo bien las diversas especies de la familia de los córvidos, siempre que veo alguno de estos pájaros vestidos de negro caminado solemne sobre la hierba, sin reparar si es cuervo, grajo o corneja, le hago una profunda reverencia por si acaso me hallase ante el legendario rey.

No es este el único alado de la corte artúrica, que en inglés llaman merlin al pequeño halcón que en castellano llamamos esmerejón. Y podría ser que, por no dejar solo a su soberano, toda la corte de Camelot anduviese ahora por los aires. Y quizá sir Gawain sea al presente un estornino y el místico sir Perceval, un vencejo. Lanzarote será, sin duda, un cuco y la reina Ginebra acaso una dulce y arrulladora paloma torcaz.

Mirlos, petirrojos, pinzones...¡Ahora que llegó la primavera cantan de nuevo los juglares de Camelot en la enramada!